LETTRE DE LA MORT

Recibir un correo electrónico de un fallecido, te deja expectante ante la pantalla del ordenador, atónito ante la unión del más allá con tu persona a través de un cable de red, lo abro o no lo abro, vuelvo a mirar el remitente, sí es él, es su dirección de correo y fue mandado ayer por la noche, no cabe duda...
Me recuesto en el sillón haciéndome infinidad de preguntas, multitud de interrogantes, (la mayoría absurdos) se amalgaman en mi mente, supersticiosos y agoreros. Será que siendo previsor como era, habrá programado el correo para ser enviado a sus amigos después de su muerte... será que me he equivocado al abrir mi cuenta y tengo delante de mis ojos un mensaje antiguo. Me incorporo y vuelvo a mirar el escrito, todo está correcto. Será que mi aciago amigo sigue vivo en el hiperespacio, con su que hacer habitual dentro de las redes sociales, suscripciones a noticias del motor y aportando cantidades periódicas de su cuenta corriente al proyecto de llevar cuentos, hablados o escritos, a los campamentos de refugiados saharauis. ¿Que pasará ahora con los visones adoptados en la granja reserva de Galicia montada por el FLA (frente de liberación animal) y ADEGA (Asociación para la defensa ecológica de Galicia)?, ¿serán por ello repudiados de la manada, obligados a subir a un coche siciliano y dar una vuelta por el campo? Me decido a abrirlo, debe de ser una broma macabra de algún funesto amigo en común...


Desde el tremendo dolor por la pérdida de............., queremos agradecer vuestra presencia y el apoyo que nos habéis prestado en estos días tan dolorosos para todos. Ha sido una pérdida irreparable para todos, familia y amigos, y aunque desgraciadamente ya nada se pueda hacer, no por ello queremos dejar de expresar nuestro más sincero agradecimiento a todos por habernos hecho algo más leve el tremendo sufrimiento por el que estamos pasando. Estad seguros que él estaría orgulloso de saber que todos sus amigos han estado ahí, apoyando a su familia hasta el final.

Muchas gracias a todos

Familia Tal y Familia Cual.





Curioso modo de operar el de la viuda y bien nacida en su sufrimiento, al agradecer la asistencia al sepelio de su difunto esposo. Novedoso al menos, para este viejo cochon que no deja de sorprenderse, el método empleado por lo inusual del asunto y por lo accesibles que estamos aun sin darnos cuenta.
Tan cerca, y a kilómetros de distancia.

Sabes que probablemente no veas más a esa persona, no la abraces más, y pese a todo, la esperanza sigue en contacto.

Multitud de interrogantes, sin duda.