MALENTENDIDO.

Caracolas. Caracolas de mar, grandes y nacaradas. Enormes. Las levanto justo a la altura de mis ojos, las observo. Intento mirar en su interior y solo advierto un telillo como socarrado, un himen de monja de clausura que más bien parece una telaraña empolvada.
Meto mi hocico, lo acomodo en la cavidad y absorbo con la debida fuerza para que el animalito gelatinoso que la exuberante concha lleva dentro, empantane mi boca de mar salada y descienda por mi traquea en un lapsus parejo de tiempo.
Un placer.

- ¡Que maldad tiene usted, señor Cochón!, es usted un cable caído... Supongo que habrá observado con esos ojitos lo rápida y fácilmente que se desprenden los rabos en las lagartijas.

MALENTENDIDO II

No pretendía causar ninguna impresión a mademoiselle Beatriz. Ni buena, ni mala. Si acaso comí caracolas un tanto lascivamente, bien pudiera ser efecto, sin duda, del amontillado cordobés gustado en el aperitivo. Es cierto que era una chica muy guapa y sus atributos estaban estrechamente emparentados con los árboles de navidad, pero nos estrellamos en las presentaciones.
Monsieur Enrique, leal crítico de teatro, entró en el restaurante llevando de su brazo a una señorita con sombrero, como un pirata lleva un parche en el ojo y un loro azul en el hombro. Se acercó a la mesa donde comeríamos y me indicó: Cochón, le presento a usted a mi queridísima hermana del alma, Beatriz.
Yo le besé la mano cortésmente y le dije: bonito nombre el suyo, musa y símbolo de la gracia de Dante.
-¿de quién dice usted?
-de Dante. Ya sabe, la divina comedia, siglo Xlll, el infierno, el purgatorio, el cielo,... Y le recité una pequeña parte de un soneto, añadiendo su nombre al final para darle más énfasis:

Amor brilla en los ojos de mi amada, Beatriz,
y se torna gentil cuando ella mira:
donde pasa, todo hombre a verla gira
y a quien ve tiembla el alma enamorada.

Otra ninguna mis pupilas llena;
y si las miro, no dudéis, Señora:
lo que disperso en otras enamora
vuestra beldad lo junta en gracia plena.
Beatriz, oh!, Beatriz.

-¡Bravo, bravo! Me va a sonrojar usted con su atrevimiento.

Nos sentamos los tres a la mesa en fraternal camaradería, sin percibir, ingenuo de mí, la menor sospecha de interés hacia mi persona de la joven y anhelante Beatriz, obcecado como estaba por la tragantona a marisco que maquinaba consumar a costa de la revista de mi generoso amigo, Enrique.

No obtuvimos una buena crítica en el dominical de su publicación, pero tampoco la merecimos. El día que vino a vernos, Dora estaba borracha como una cuba a las siete de la tarde, a las siete y cuarto, en los camerinos del teatro le tiró su estuche de maquillaje al desprevenido Enrique para dilapidar ciertas rencillas del pasado, a las ocho y veinte, entre pitos del público fue suspendida la función por indisposición de los actores, circunstancia esta ajena a la dirección.

Tengan la amabilidad de canjear sus entradas y dispensen las molestias.

CLOWN I

El viento relame tu hocico mientras el agua fresca traquea en tus pezuñas y las hunde poco a poco en la arena. No es una buena época noviembre para pasear por la playa por muy romántico que le parezca a Patrocinio. Nos va a causar un resfriado idílico este estallido de pasión bobalicona.
Es cierto que hacía mucho que no nos veíamos, tres años del último brindis. Unas cuantas llamadas anunciando alguna tournée cercana a su domicilio, o algunas de sus múltiples exposiciones de fotografías fueron los pretextos para reencontrarnos y envolvernos en celofán a modo de caramelos, por que si de algo rebosa Patrocinio es de dulzura y poder de seducción. Siempre me enreda en sus tejemanejes, y no digo yo que cuando no quiera no pueda, pero temo tanto a un resfriado como a un marido agraviado.
Viéndome las cerdas erizadas se compadeció de mí, me agarró del brazo y ya no se desclavó de él en todo el día.
Acordamos ir al museo de la sal del pueblo marinero donde reside para terminar de rematar la mañana. Montañas y montañas formidables de sal ondulaban el horizonte, enormes, brillantes, monumentales como las pirámides del valle de Giza en escala contenida. Una gran casa que parecía de nata era la única edificación aislada en un mar parcelado, mortecino y escurrido al sol. Antes fue un antiguo molino de sal, y ahora por sus distintas dependencias se albergan oficinas, un observatorio de aves, un horno de cal y el propio museo, donde la misma mujer que nos cobró la entrada nos hizo de guía a un grupo reducido de curiosos revelándonos al detalle las particularidades del entorno al tiempo que atendía al teléfono cuando este sonaba.

En una sala estaban expuestos en aparadores infinidad de objetos realizados con sal, motivos marineros, barcos de todo tipo y tamaños, muñecas, maquetas de monumentos representativos de la ciudad, relojes, joyeros y bisutería, pasos de semana santa en miniatura, lámparas, esculturas...
Nos explicaron la importancia que tuvo la sal en la antigüedad:
“La palabra sal es derivada de Salus (diosa de la salud). Es interesante notar que la sal no sólo se usaba para condimentar y preservar comida, si no también se usaba como antiséptico aplicándola a las heridas. En los lugares de clima frío es sabida la aplicación en las carreteras y calles para poder quitar la nieve que se acumula en ellas, en el hogar se emplea a veces como quitamanchas para quitar ciertas manchas de los vestidos, para limpiar la cubertería de cobre, para mantener las brasas de un fuego, como dentífrico, en los recipientes elimina los olores... ¡RINGGGGG! ¡RINGGGGGG! ¡RINGGGGGG! Perdonen un momento.


Gracias por la espera, prosigamos: “Otra de las aplicaciones de la sal es como descalificador. La sal se emplea en la industria de elaboración de jabones y detergentes
Los usos rituales que involucran la sal son muy comunes en muchas culturas como "barrera contra el mal". Su protagonismo a lo largo de la historia le ha conferido un carácter casi sagrado y cargado de simbolismo”, (la mujer de Lot se convirtió en "estatua de sal").me dijo cómplice al oído Patrocinio, “en Japón se rocía con sal el escenario del teatro antes de comenzar la actuación para evitar las malas acciones de los espíritus. De la misma forma los judíos y los musulmanes creen que la sal les protege del ojo del diablo. En
En ciertas culturas asiáticas como la japonesa se suele emplear la sal en los rituales de purificación de personas y de lugares, este detalle de purificación se puede observar en los practicantes de sumo, donde los contendientes emplean la sal como purificación y expulsión de los malos espíritus antes de la lucha, es curioso que el término salario en castellano, es derivado del latín salarium, proviene de ‘sal’ y tiene origen en la cantidad de sal que se le daba a un trabajador (en particular, a los legionarios romanos) para poder conservar los alimentos y alimentarse”.
Finalizó su alocución resaltando que en los Pirineos se suele poner sal en los bolsillos de los novios para evitar la impotencia. Hubo risas generalizadas.
Estos romanos realmente tenían ingenio... interfirió el payaso que llevo en mí, haciendo una gracia explicando de donde provenía la palabra testificar...
En la actualidad, cuando se tiene que decir la verdad en un juicio se le hace jurar al testigo sobre la Biblia, pero en la antigua Roma esto no era así, en vez de jurar sobre la Biblia se apretaban los testículos con la mano derecha, de ahí viene la palabra testificar.
Nadie se rió.
Viendo que no hizo efecto la gracia añadí: de veras, es cierto,
La palabra testículo viene de "testiculus", compuesto de testis (testigo) y ”culus" que es usado como diminutivo, es decir, los testículos significan pequeños testigos.
Ninguna sonrisa en el museo.
Es más, concluí con sorna: en los Cónclaves, cuando ya se había elegido al cardenal que sería investido como Papa, este era sometido a una prueba realizada por otro cardenal, nombrado exclusivamente para tal menester, que consistía en que este último debía tocarle los genitales al Papa con la mano para asegurarse y “testificar” luego a los demás que éste era masculino, evitando así el fraude de haber elegido a una mujer haciéndose pasar por hombre.

Caras largas y secas como el salitre.

Muy interesante su observación, prosigamos con el recorrido, síganme...

-Vámonos, Cochón, ¿almorzamos algo?



CLOWN II

No es la primera vez que mi fracaso como contador de chistes se hace patente. Ya una vez, participando en una tertulia que derivó en temas científicos de profano fundamento, dicho sea de paso, se lapidaban unos a otros aportando con vehemencia datos científicos, mas bien sentencias, al estilo de: La tierra rota a una velocidad de mil seiscientos Km/h y se desplaza a través del espacio a la increíble velocidad de ciento siete mil Km/h., y luego queremos que este mundo no viva atropellado. O: La luz tarda ocho minutos y diecisiete segundos en viajar desde el Sol hasta la superficie terrestre, así que, siempre amanece tarde. O: A lo largo de todo un día, caen sobre la tierra casi dos mil rayos a causa de las tormentas eléctricas. Los rayos se mueven a un tercio de la velocidad de la luz...
¡Como si aportando alguna de estas reseñas esclareciera en algo el sentido de estar aquella tarde en el casino tomando un refrigerio bautizado con agua mineral! Se me ocurrió aportar mi sapiencia popular apostillando un testimonio demostrado: reconocerán ustedes, señores, que la diarrea es más rápida que el rayo y la luz, porque anoche fui al excusado tan rápido como un rayo, y cuando encendí la luz, fue demasiado tarde, ya me había aliviado.

Hubo un silencio seguido de miradas acusadoras, que no unas risas, pero mi amigo Pérez-Bueno, se remangó el hábito, desabrochó la correa del pantalón y empezó a blandir el cuero por mi espalda por todo el salón como un jinete perseguido por el mismísimo diablo. Mientras, los demás contertulios lo coreaban y animaban a mostrar su famoso juego de piernas del que hacía alarde en sus múltiples combates de juventud, que quien tuvo, retuvo.
Una jocosa ocurrencia que todos tomamos a chanza, gracias a Dios.

PASOLINI


La mañana del 2 de noviembre de 1975, en un descampado de la localidad costera romana de Ostia, una mujer llamada María Teresa Lollobrigida encuentra el cadáver de un hombre. Reconocen el cuerpo como el de Pier Paolo Pasolini.

“Cuando encontraron su cuerpo, Pasolini yacía boca abajo, con un brazo ensangrentado y el otro escondido bajo el cuerpo. Su pelo, lleno de sangre, cubría su frente excoriada y desgarrada. Su cara, deformada por la hinchazón, estaba negra de tantos moratones y heridas; negros y rojos de sangre también sus brazos y las manos. Los dedos de la mano izquierda estaban fracturados y cortados; la mandíbula izquierda, fracturada; la nariz, aplanada y desviada a la derecha; las orejas, cortadas por la mitad, y la derecha, arrancada. Tenía heridas en los hombros, en el tórax, en la espalda, de las huellas de los neumáticos, de su propio coche, que le había atropellado. Tenía un terrible desgarro entre el cuello y la nuca; diez costillas fracturadas, igual que el esternón; el hígado desgarrado en dos puntos; el corazón, estallado”.

[Autopsia del cadáver de Pasolini, "Corriere della sera" del 2/11/77]

Parece mentira que un chapero de diecisiete años apodado “pino la rana” acabara con la vida de Pasolini. Nadie se lo creyó, ni el propio pelosi al autoinculparse del sanguinario crimen cometido después de que los carabinieris lo encontraran conduciendo el Giulietta 2000 con cuyas ruedas fue rematado su propietario.

Cuenta que encontró a Pasolini cerca de la estación Termini, y que tras cenar en un restaurante se desplazaron hasta el lugar donde fue encontrado el cadáver. Allí, según la versión de Pelosi, Pasolini intentó tener con él una relación sexual, y al ser rechazado reaccionó con violencia, con la consiguiente reacción del chico. La justicia italiana sospechosamente no llevó la investigación hasta el final, contentándose con la versión de “la rana” Pelosi.
Ya se sabe como funciona esto, primero matamos al genio para que no de guerra en persona, y luego lo aprisionamos en un póster.


Al final Giuseppe Pelosi fue condenado como único culpable del asesinato de Pasolini.
¿Quién iba a defender a ese grano en el trasero, comunista, maricón, que no dejaba títere con cabeza en ningún círculo bien pensante de su país, ni en la derecha ni en la izquierda,
que tenía enemigos declarados en todas las trincheras posibles, que era crítico con todas las iglesias, ya fueran religiosas o laicas?

Desde hace años, cada noviembre rindo mi personal culto a un hombre que cinematográficamente me ha hecho inmensamente feliz. Siempre recuerdo como me dormí en el salón de casa de mi amigo Manolo visionando Edipo rey y su lisérgico comienzo, o como me sedujo Accattone, representante de los chaperos jóvenes cuyos servicios tanto le gustaba al artista solicitar, o la belleza de un Jesús diferente en Evangelio según San Mateo, un cuadro plagado de belleza en cada fotograma, y la gracia escondida que tienen las situaciones crueles de saló o los 120 días de Sodoma. Los salvajes que lo mataron, es un secreto a voces, pensarían que quien a hierro mata, aunque sea intelectualmente, a hierro muere, y todos tan contentos.