EXTREMAUNCIÓN

Un par de semanas hacía ya que no teníamos noticias de Campillo, ni por el casino, ni por las esquelas del ABC.
Decidimos Pérez-Bueno y yo hacer una visita sorpresa a nuestro camarada y matar dos pájaros de un tiro: Aliviar nuestra preocupación y lamer las heridas de nuestro amigo que suponíamos en carne viva.

Interior de un autobús público, línea 5, 16:45 h.

¿Sabía usted que el último ricachón que visitó la Estación Espacial Internacional echó a perder un valiosísimo experimento al ponerse sumamente nervioso por no poder eructar?
¡Cómo que no podía eructar!
Pues parece ser que la ingravidez no permite la separación de líquido y gas en el estómago del intrépido astronauta, por eso no se puede eructar en el espacio, y este personaje del desierto, que tiene tan arraigada su costumbre de ventosear por la boca después de cualquier comida como símbolo de agradecimiento, al ver que los higos confitados a los que debe su fenomenal riqueza y que iban a recibir una promoción adecuada en un marco estelar no fueron recompensados con la gratitud debida por el resto de la tripulación, se tomó un enfado de mil demonios que culminó en gritos y gesticulaciones con tan mala fortuna que desarmó por completo un complicado aparato destinado a experimentar con pompas de jabón en gravedad cero

Pues si que…

¿Cree usted que estará en casa?
No creo, apostaría que está gastando su pensión cerca de la playa, en placeres terrenales que reconfortan a un soldado y en los paisajes de mar desolados que sustentan a los poetas
No es la mejor manera de ensanchar el espíritu
Un clavo saca a otro clavo, querido padre, y cuando la suerte no viene dada, lo mejor es barajar y dar de nuevo
.....…llevo los óleos sagrados para dar la extremaunción
No será necesario hombre, no gaste bromas
Quite, quite, que nunca se sabe en qué situación se puede encontrar uno, la extremaunción quita los últimos restos de la fragilidad humana y prepara nuestra alma para la vida eterna, un buen morir da honor a la vida entera
¡Pero Campillo no está muerto ni se va a morir!, está en la playa, seguro, y esta noche acudirá a un baile en su hotel donde hará amistad con señoronas de faja, perlas y máscara de maquillaje, así se cuadra un militar.
Pues yo hoy tengo que dar un sermón a alguien, consagré mi vida para tal fin, así que mas vale que pare por casa.

Aquí nos bajamos, parada 9.

Caminamos unas cuantas calles hasta llegar a la parte de atrás de El Corte Inglés, donde las tiendas de barrio sólo reciben un tenue reflejo de las luces del centro comercial. Una prostituta estaba parada en una esquina, Pérez-Bueno se dirigió a ella con paso firme

¿Cuánto cobra?
Treinta euros y te quedas nuevo
No, es muy poco
Bueno, para los machotes como tú son cincuenta.
Aún es muy poco
¡Ah claro! La tarifa de los jueves son cien euros y te clavo las uñas en la espalda
Incluso es oferta tentadora me parece demasiado barata
La mujer ya estaba irritada y con una amabilidad a todas luces fingida le dijo, Entonces, ¿Cuánto valgo para usted?
Señora, nunca podré pagar lo que vale usted, pero déjeme hablarle de alguien que ya lo ha hecho…
Y le habló de Cristo, de su pasión y muerte por nosotros, de su amiga la de Magdala…etc. etc.