AMPUTADO








Uno sabe apreciar cuando esa distraída mariposa que es la suerte revolotea por las flores de su jardín, es entonces cuando cobra peso todo el esfuerzo realizado por el cuidado y mantenimiento de las plantas para que la mariposa sienta que le tejieron un calcetín a la medida de sus particulares patitas. Unos dicen que tengo suerte; el afortunado siempre dice que la buscó. Y eso es tan elemental como que si me invitas a cenar, yo pago las copas, aunque no salga a cuenta.
Olía a sobaco de comanche. No debería frecuentar estos lugares si tu garganta no va de etiqueta azul, parecerás un Saulo convertido en Pablo, un patético orinal en una habitación diseñada por Tom Ford.
Tenía el gancho de su mala vida, ese era su salvavidas, y lo arrojó por la borda con el gesto vigoroso y armonioso de un Discóbolo.

Me temo que está fuera de discusión. …No lo ama, lo que sucede es que es una mujer muy decente, le tiene cariño y lo lamenta por el. -Estaba mintiendo yo cuando apareció.-
¿Se acuerda usted de mí?- dijo- pero no era una pregunta. He vuelto de Rusia, de Orel. ¿Tomamos una copa?
Soy un cerdo bueno, me cuido, apenas tengo ya grasa en mis jamones, sólo bebo cócteles de insomnio.
Sabes, he visto cosas raras estos cuatro años allí en el frío, propicias para el desvelo, he visto osos con intoxicación etílica bailar con matriuskas, y he contemplado a los skoptsy cortarse ellos mismos los buñuelos anestesiados por la fe.
Pues entonces he vuelto a tener suerte.
Sí, por aquí todo el mundo es listo, pero sólo tú llevas gafas. Te apetece una guerra relámpago, o prefieres un asedio lento.
Prefiero recoger insectos muertos de la piscina. Ahogados por su propia sed.